miércoles, 4 de marzo de 2009
UN AÑO MÁS EL EQUIPO SOCIALISTA NOS ENSEÑA CÓMO NO SE DEBEN ORGANIZAR UNOS CARNAVALES.
Un año más han pasado los carnavales con un indudable éxito de público. Éxito éste que, para desgracia de todos los carnavaleros, ha contado con una pésima organización por parte del Ayuntamiento de Miguelturra.
Durante las noches del sábado 21 de febrero a la del martes 24, fueron miles de personas las que se congregaron en la zona del parque Doctor Fleming y sus inmediaciones. Ante tal multitud, la falta de previsión de las concejalías de Cultura, Festejos, Protección Civil y de Personal se hizo patente un año más.
A pesar de que las noches del Carnaval son las más conflictivas del año, la presencia de la policía local fue escasísima por una baja dotación de efectivos debida a la huelga de celo que como protesta ante su precaria situación laboral lleva a cabo la policía contra el Ayuntamiento (más información al respecto en el artículo siguiente). Esto hizo que se tuviese que contratar un servicio de seguridad privada, a cuyos efectivos era frecuente ver a las afueras de la zona peatonal sin preocuparse por lo que pasaba en la zona en la que la multitud se amontonaba.
Por otro lado se vuelve a repetir el vergonzoso hecho de que a la concejalía de parques parece darle totalmente igual que todos los churriegos estemos pagando durante todo el año con nuestros impuestos un servicio de jardinería para que luego, en cinco noches, se haga botellón sobre las zonas ajardinadas que estamos todo un año cuidando, dejándolas además de invadidas de desperdicios y cristales rotos, destrozadas. No venimos a decir con esto que se saque el botellón del parque porque eso parece imposible, pero sí venimos a decir que se respete el parque lo máximo posible. Para ello el Ayuntamiento debería tomar medidas como las que se toman en Ciudad Real cuando llega la Pandorga, fecha esta en la que son vallados y aislados todas las zonas verdes a efectos de preservarlas (como en el Torreón). Sí esto se hiciese en el Parque de Miguelturra, aún quedaría mucho espacio en las calles de arena del parque y en la Plaza del Pradillo suficiente para que se hiciera el botellón. Pero no, al Concejal de jardines parece que le gusta más la idea de gastar un dineral cada año después de Carnaval para “restaurar” el parque.
Pero no contentos con lo anterior, un año más los baños portátiles públicos que se han colocado en las inmediaciones del parque han sido insuficientes, lo cual ha hecho que todas las mañanas los vecinos de la zona tuvieran que soportar olores excretorios indeseables en esquinas, contenedores, farolas e incluso en el portal de más de una casa.
También llama la atención la “efectividad” con la que actuó el Alcalde (pues fue él mediante un decreto de alcaldía) a la hora de cerrar un local de copas en la plaza del Pradillo, cuando le habían otorgado la licencia de apertura sólo cuatro días antes.
Según el subinspector jefe de la policía local el local se cerró por el excesivo ruido que generaba y por incumplir el horario de cierre. Y nosotros nos preguntamos ¿Son esas las verdaderas razones del cierre? ¿Ese es el único local que en estos carnavales ha sobrepasado la normativa de ruidos y horarios? Estas preguntas tienen fácil respuesta si tenemos en cuenta el dato de que en la noche del domingo, poco más de 30 personas acudieron a la carpa municipal (que cobraba entrada) mientras que eran muchas más las que se encontraban en el local que se cerraría a la mañana siguiente (que no cobraba entrada). Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Volviendo al tema de la carpa municipal, llama la atención como a la vez que la participación en los carnavales de nuestra localidad va en aumento el Ayuntamiento ha contratado en los recientes carnavales una carpa con un aforo menor al de años anteriores, (en concreto la de este año tenía 1000 m² frente a los 1200 que tenía en 2008) lo que motivó que en las noches más concurridas como la del primer sábado o la del martes de carnaval, la capacidad de ésta quedase desbordada, apiñándose los participantes de la fiesta en su interior y con sobreocupación de personas respecto al aforo de la misma. Pero de todo, este tema de la reducción del aforo de la carpa es el que menos nos sorprende, ya que el Ayuntamiento tiene que ir acostumbrándonos a las pequeñas dimensiones del futuro CERE (palacio del Carnaval) del Parque Doctor Fleming. Aunque eso será si el CERE se termina alguna vez, pues ya lleva tres años de retraso en sus obras y lo que nos queda.
Y no queda aquí la cosa, la carpa era tan precaria que incluso ha recibido una denuncia por parte de un usuario ante el Juzgado de Guardia de Ciudad Real por presunto incumplimiento de la normativa de seguridad. El denunciante argumenta, según la agencia EFE, incumplimiento de las normativas de salidas de emergencia, instalación eléctrica, extintores, botiquín,...
Respecto al programa del Carnaval es evidente la falta de innovación e ideas en el mismo por parte de la Concejalía de Cultura y Festejos. Si cogemos el programa de este año y lo comparamos con el de ediciones anteriores, vemos de manera inequívoca como de un año a otro lo único que se hace es cambiar el cartel del carnaval y adecuar las fechas, pues el contenido permanece invariable. A la falta de innovación se une el hecho de que hay actividades a las que el pueblo de Miguelturra les da la espalda en lo que a participación se refiere, como sucede con el Certamen de Murgas y Chirigotas en el cual la participación de murgas churriegas se ha ido reduciendo en los últimos años hasta hacerse inexistente por culpa de hechos como que no haya premios con carácter local como sí que los hay en el certamen de murgas, comparsas y carrozas.
Además esta concejalía no esta sabiendo gestionar el miércoles de ceniza, lo cual lleva a que la participación en el entierro de la sardina se vaya reduciendo cada año.
En cuanto al desfile, la organización fue realmente mala: había vacíos interminables entre una comparsa y otra, la presencia policial era mínima debido a la persistencia de la huelga de celo de la policía contra el Ayuntamiento, y en la calle José Mora, a la altura del número 18, se vivieron momentos dramáticos cuando una carroza se llevó por delante uno de los cables eléctricos que cruzan de acera a acera sobre la calzada. Al ver el público que la carroza comenzaba a tensar los cables y estos empezaban a desprenderse de las grapas de la pared, el pánico cundió durante unos segundo y la gente se apartó entre gritos. Finalmente el conductor de la carroza se percató de que la gente corría despavorida y frenó a tiempo antes de que el cable se rompiera, pero éste quedó descolgado a una altura de dos metros y medio del suelo. A lo pocos minutos efectivos de la policía local y de protección civil se personaban en el lugar de los hechos. El desfile tuvo que pararse unos minutos, y solo con la ayuda de unos vecinos que ataron el cable desde su ventana con una cuerda y lo tensaron, de manera precaria, el desfile pudo reanudarse. ¡Esperpéntico!
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